Ha llegado la hora de lanzarse a la piscina, de catar el melón. ¡Tu primera inversión! Ya sabes qué es lo que necesitas aprender así que hoy toca detallar los pasos para ejecutar el plan. Recordemos brevemente en qué consiste…

El plan

La semana pasada te dejé caer que un ETF que replique el comportamiento de un índice es un producto fantástico para realizar la primera aproximación a los mercados financieros. Un ETF no es un producto raro, tóxico ni nada por el estilo, sino un fondo de inversión como los que te ofrece la sucursal de tu banco de toda la vida, pero que cotiza en bolsa.

La idea es invertir en un índice a través de un ETF a lo largo del tiempo. Un 10% de tu sueldo mes a mes, tanto si sube como si baja la cotización. Como todos los meses es la misma cantidad, cuando los mercados se hundan podrás comprar más con el mismo dinero (vamos, igual que el 3×2 de Carrefour o las rebajas del Corte Inglés).

Si no te ha quedado del todo claro, no te preocupes. Lo entenderás a la perfección en el punto 3. Si no fuese así, ¡escríbeme para que lo explique mejor! 😀

1. ¿Con mi banco o con un bróker?

Para no complicarte demasiado con el papeleo, mi recomendación general es que operes durante unos meses con tu propio banco, desde la web, y que dediques ese tiempo a ir analizando brokers tranquilamente para elegir el que más te convenga. Las diferencias entre brokers y bancos, en líneas generales, son las siguientes:

• Comisiones: Los bancos suelen cobrar comisiones más elevadas que los brokers.
• Capital inicial: Los bancos no te piden que tengas depositada una cierta cantidad de dinero para invertir en bolsa. Con que tengas una cuenta con ellos, basta. Sin embargo, los brokers sí que exigen un capital inicial que deberás depositar en la cuenta que abras.
• Papeleo: Con el banco podrás operar directamente, o como mucho tendrás que marcar antes la casilla de «He leído y acepto las condiciones» (leerlas no es mala idea, ¡no cojas la costumbre de aceptar sin mirar cuando hay dinero de por medio!). En el caso del bróker, el papeleo es algo más farragoso por la seguridad de todos y te llevará entre 3 y 5 días.

2. Tu primera fuente de ingresos pasivos: Los ETF del mercado

Si quieres invertir en un ETF que replique al Ibex 35, seguro que tu banco o bróker te ofrece el gestionado por el BBVA, cuyo ticker es fácil de recordar: BBVAI. Si quieres invertir en el Eurostoxx, tendrás el MSE de Lyxor y otros tantos. En bolsa estadounidense, el SPY es el ETF que replica al S&P 500 y es probablemente el más operado del mundo y con unas comisiones bajísimas, del 0,11% anual (nada que ver con los fondos de inversión no cotizados, ¿verdad?).

Yo voy a usar de ejemplo el BBVAI sobre el Ibex 35. Es un ETF cómodo para presentar el plan de la operación porque está diseñado para que una participación equivalga a una fracción del índice. Por ejemplo, cuando el Ibex 35 está en 8850 puntos, una participación cuesta 8,85 euros. Fácil, sencillo y para toda la familia.

En el gráfico anterior puedes ver una muestra de la evolución en 2010 del ETF BBVAI (línea azul) y del Ibex 35 (línea roja). Como puedes ver, el movimiento es casi calcado y las pequeñas diferencias se van corrigiendo. Los ETF tienen un objetivo de fiabilidad a medio plazo o «tracking error» que puedes consultar en sus folletos en línea y cuya precisión es razonablemente elevada, alrededor del 99% correlación con el índice subyacente (nuevo palabro de inversor molón: subyacente = al que intentan imitar).

3. Evolución de la operación: ¿esto sube o baja?

Supongamos primero que empiezas a invertir una cantidad fija cada mes y el Ibex 35 va subiendo. ¿Cómo se irá gestionando la posición?

El ejemplo muestra el tramo alcista de enero a abril de 2015. Si realizases una inversión de 150€ al mes, estas serían las compras correspondientes:

Cuanto más se va encareciendo la bolsa, menos participaciones vas comprando. Simplemente divides 150€ entre la cotización del día que vayas a comprar y listo. ¿Y si la cotización empieza a bajar? Justo al contrario, cada vez comprarás más y más participaciones y tu precio medio de adquisición se irá reduciendo, por lo que aprovecharás las rebajas mientras otros huyen despavoridos. Esto habría ocurrido en el segundo trimestre de 2011:

4. ¿Cuánto riesgo tiene este sistema de inversión en ETF?

Supongo que por riesgo entiendes lo siguiente: ¿Durante cuánto tiempo puede estar tu posición en pérdidas en el peor de los casos?

No se puede predecir el futuro (a no ser que te encuentres con un tipo en la calle que te dé un folleto en el que ponga «Tarot, magia astral» y cosas así) pero te propongo que eches un vistazo a la última gran caída de la bolsa y te imagines que empezaste a invertir siguiendo este método del 10% automático en el peor momento, es decir, justo antes de que se hundiese el índice. Quizá así te puedas hacer una idea de qué es lo peor que puede ocurrir.

Año 2007: estalla la burbuja inmobiliaria y se hunde la bolsa. Tú, más pardillo que nadie, te perdiste la subida espectacular de los mercados que se produjo durante años y comenzaste a invertir en el punto más alto (círculo azul en la imagen) y seguiste invirtiendo todos los meses la misma cantidad de dinero. ¿Cuánto habrías tardado en recuperar las pérdidas y entrar en terreno positivo? No habrían pasado ni 2 años (flecha azul). Y eso que el tortazo del Ibex 35 fue asombroso, de 16.000 puntos a menos de 7.000.

Recapitulando…

El método de realizar una inversión fija cada mes (o cada trimestre) en un índice es una muy buena primera aproximación a los mercados. De esta forma establecerás un hábito de ahorro e inversión a largo plazo en lugar de fundirte el dinero que te sobre, tendrás contacto con los mercados financieros regularmente y te irás acostumbrando a ellos, a sus vaivenes y a lo que realmente importa a largo plazo.

Es una buena manera de matar el gusanillo y empezar a invertir mientras sigues aprendiendo a seleccionar empresas.

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AVISO LEGAL

El presente material producido por MIP se presenta únicamente con fines informativos y no constituye asesoramiento en materia jurídica, contable o bla bla bla…

No voy a soltarte el peñazo, ya somos adultos. Solo voy a recordarte que, por mucho que leas este blog y otros, te toca hacer los deberes, no hay atajos. Cuando decidas operar con un banco o con un broker, sé responsable e investiga por tu cuenta, no te bases únicamente en recomendaciones de terceros.

Interactive Brokers, mi broker principal regulado en EE.UU. por la Financial Services Authority, deposita los fondos de los clientes en varios bancos custodios de primer nivel por todo el mundo y no corren riesgo porque están en cuentas segregadas. Ninguno de estos bancos posee más del 5% del efectivo de los clientes, que está además parcialmente invertido en bonos del Tesoro estadounidense, de lo más seguro hoy en día. Para perder todo efectivo depositado (no mis inversiones, que están a mi nombre pase lo que pase) sé que Estados Unidos se tiene que ir a la bancarrota junto con un buen puñado de bancos de la talla de HSBC, Citibank o Wells Fargo. ¿Por qué lo sé? Porque seleccioné a mi broker después de hacer los deberes.

Cuando elijas un broker, léete la letra pequeña. Habla con atención al cliente y resuelve todas las dudas que tengas. Comprueba dónde está registrado, qué regulación lo controla y cómo gestionan los activos de sus clientes.

Esto mismo se aplica a los ETF. En este artículo te he dado ejemplos de un ETF que replica al Ibex 35, otro que replica al Eurostoxx y otro que replica al S&P 500. No son los únicos, hay muchos otros que replican a los mismos índices y que están administrados por otras gestoras, tienen otras comisiones, reparten dividendos trimestralmente, semestralmente, anualmente o simplemente no lo reparten y lo reinvierten en el propio ETF…

En resumidas cuentas: lee blogs, infórmate y pide consejo pero, cuando se trate de tu dinero, haz tú los deberes 🙂