Te vas a morir
Ese de la foto soy yo, en la veintena.
Me tragué que te puedes forrar haciendo trading con 200 euros.
Con un poquito más, ya me compraría el Ferrari, el yate y la mansión.
Era cuestión de un par de meses.
Yo ya me pegué el tortazo, ya perdí tiempo y dinero.
Aprender de los errores está bien, pero hay algo más sabio.
Aprender de los errores de los demás. Aprende de los míos y ahórrate el tiempo y el dinero que a mí me costaron.
Soy inversor.
No especulador, no trader, no holder.
Inversor.
Cuando te lavas los dientes, entras en Youtube o reservas un viaje, gano dinero.
¿Porqué te cuento esto?
Porque nada importa una mierda
Cuando tienes acné y te piden el DNI para entrar en discotecas, todavía no lo ves. Te piensas que tú eres el centro del mundo.
Que todo te pasa a ti. Tu, ti, te, contigo.
Luego pasan los años. Se esfuma la década de los veinte, te metes de cabeza en la de los treinta.
El tiempo ha volado entre alquileres, facturas, oficinas y jefes.
Un día cualquiera, tus amigos de toda la vida te enseñan una ecografía. Se les ve muy ilusionados.
Menuda mierda, una imagen pixelada en blanco y negro.
Me da igual.
Pero un poco más tarde llega la tuya.
Ya no son píxeles, es tu hijo. Tu descendencia.
Entonces todo cambia para siempre.
A partir de ese momento, ya nada más importa.
Nace.
Lo coges en brazos, te sientes imparable, eres inmortal.
Pero no. Lo de flotar sobre las nubes no dura.
Te das cuenta de que vas a morir. Lo ves claro.
Tu niño pequeño se quedará solo, indefenso. Un día ocurrirá.
Tú te convertirás en un fantasma, solo serás recuerdos en la memoria de tu hijo.
- No importarán las horas extra que hayas echado en la oficina.
- No importará la opinión que tu jefe haya tenido de ti.
- No importará cuán alto llegaste a ascender en el mundo corporativo destruyefamilias.
Si eres afortunado, de esto te das cuenta a tiempo.
Tus hijos, tu familia, los tuyos. Nada más importa.
Nada más.
Tan solo quieres lo mejor para tu bebé, multitud de gratos recuerdos para cuando tú ya no estés.
Y un buen patrimonio que te permita disfrutar más tiempo con él mientras sigas caminando por este mundo y que le facilite la vida cuando ya no estés a su lado.
Porque cada tarde, cada fin de semana, cada Navidad que trabajas para pagar facturas, es un hermoso recuerdo contigo que la personita que más amas nunca tendrá.
El tiempo con los que te importan lo es todo.
Lo demás no es nada.
Deja de vender tiempo, mejor cómpralo.
Cada 30 euros que generas invirtiendo, es una hora menos de oficina y una hora más con los tuyos.
Paseando, yendo al cine, comiendo un helado.
Gana tiempo y gana dinero a la vez.
Empieza ya, nunca es tarde.
Voy acabando
Soy Antonio Fajardo y me dedico a invertir.
Compro trocitos de las compañías más rentables del mundo. Te venden pasta de dientes, te enseñan anuncios o te entregan una pizza a domicilio.
Cada euro que genera mi patrimonio es un euro por el que no tengo que trabajar.
Es más tiempo que puedo estar con los que me importan.
La mala noticia:
Vivir de tus inversiones lleva años.
La buena noticia:
Dejar atrás las horas extra, los dobles turnos y las guardias de fin de semana, eso llega mucho antes.
La libertad financiera es progresiva.
Y se nota casi al instante.
De cómo lograrlo sin cometer mis errores te hablo en mi clase gratuita.
Y te seguiré hablando después de verla, cada día, en mis e-mails.
Si te gustan, te quedas. Es gratis.
Si no te gustan, te puedes borrar cuando quieras. También es gratis.
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TODOS LOS DÍAS mando consejos sobre dinero, inversión y negocios. Se me escapan palabrotas y soy políticamente incorrecto. Ofendiditos mejor abstenerse.